Cuando pienso en un Proyecto/Problema A, B o C es como si viera un punto en el espacio n-dimensional (n-criterial). Y es entonces cuando empiezo a resolverlo y, mientras hago el prototipo de actividades, voy descubriendo sus coordenadas (en cada una de las dimensiones), es decir, voy viendo hasta qué punto se explora cada uno de los criterios de evaluación.
@silviagongo tuiteaba hace poco esta conocida idea:
Y es que, ¿cuál es el alma del ABP? - El reto. El problema a resolver y/o el producto a construir y todo lo que desencadenan. Por tanto, resulta natural pensar que la forma más genuina de diseñar un proyecto sea partiendo de un reto, da igual su naturaleza. ¡Hay que encender la llama! El detalle, y aquí Dewey puntualizó a Kilpatrick, es que éste debe tener una sólida base a nivel curricular (contenidos, criterios, ...). Sin embargo, actualmente, si hay una idea que inunda el panorama ABP a nivel nacional es que el diseño de un proyecto debe partir de uno o varios criterios de evaluación (y el reto a partir de éstos). ¡Justo al revés! Además, algunos autores afirman que, una vez fijado el criterio o criterios, hay que elegir bien el reto para que dichos criterios se desarrollen y exploren al máximo, no de forma parcial.
Desde nuestro punto de vista, como mínimo, habría que matizar ambos aspectos. Pero vayamos por partes, como Jack el destripador...
Todo empezó una fría tarde de febrero mientras mis hijas y yo visitábamos a la abuelita Tilde, en Los Hoyos, Gran Canaria. Como todos los miércoles, preparamos café, nos pusimos al día de lo acontecido en la semana y... dibujamos y pintamos usando papel reciclado proveniente de mis viejos apuntes universitarios. Por azar, esa tarde, Carla se dedicaba a maquillar los últimos restos de Teoría de Sistemas, mientras que Noa iniciaba la metamorfosis de los de Álgebra Lineal. Y fue así que, de repente, unos gráficos de vectores empezaron a mirarme; incluso me dio la impresión de que la definición de base de un espacio vectorial me guiñó un ojo. Y, como no podía ser de otra manera, empecé a ver los proyectos de una forma especial: como puntos de un espacio n-dimensional, como vectores de un espacio vectorial de dimensión n. ¡Con qué claridad vino todo lo demás!
No se preocupen, que no panda el cúnico, ¿recuerdan cómo se representa un punto P(x,y) en un diagrama cartesiano?
Así, si nuestro área o materia tuviera solo dos criterios de evaluación: x e y, podríamos describir un proyecto como un punto en dicho plano, donde cada coordenada variaría entre 0 (ausencia) y 1 (presencia absoluta). Por ejemplo, P(0,1) representaría a un proyecto (en realidad familia de proyectos) caracterizado por la ausencia del criterio x y por la exploración total del criterio y; mientras que el Proyecto Q(1, 0.4) se caracterizaría por la presencia total del criterio x y por una exploración parcial de y.
Si observamos atentamente ese diagrama podemos empezar a ver aspectos de interés:
¿Curioso? Pues generalicemos:
Veamos los criterios de Matemáticas 1ºESO, por ejemplo, y pensemos bien lo que acabamos de decir:
Ahora imagina al Proyecto P (en general la familia de proyectos P) definido en términos de criterios de evaluación: P(c1, c2, …, c10):
Tal y como hemos establecido, ci es un valor real comprendido entre 0 (ausencia) y 1 (presencia absoluta). ¿Te lo imaginas? ¡No intentes visualizarlo porque sólo serás capaz de hacerlo para el caso de 3 criterios (dimensiones)! Pero centremos el foco en lo que acabamos de decir: ¿No nos estaremos quedando cortos al diseñar los proyectos basándonos en un criterio o criterios concretos? Resulta obvio que, así, además de desembocar en una implementación débil de esta metodología, solo seremos capaces de ver 10 de los múltiples proyectos que podríamos realizar: P(1,0,0,0,0,0,0,0,0,0), P(0,1,0,0,0,0,0,0,0,0), ... , P(0,0,0,0,0,0,0,0,0,1). Con suerte, una vez fijado el criterio estrella, veremos cómo necesitamos, en realidad, incluir algún criterio o criterios más: P(1,0,1,0,0,0,0,0,0,0), P(0,1,1,1,0,0,0,0,0,0), … ¿Pero quién nos garantiza que seremos capaces de llegar así a todos los posibles proyectos que nos esperan ahí afuera? Es más, ¿es esta una forma natural de llegar a los mismos?
¿No será más auténtico y eficaz fijar el reto, la esencia del proyecto, para luego pasar a expresarlo en términos de criterios de evaluación una vez realizado el prototipo de actividades? De hecho, si observas atentamente la figura anterior, verás con claridad que si diseñamos los proyectos (en general SA) a partir de un criterio solo podremos "acceder" a cierto tipo de proyectos.
¿Estamos diciendo que los proyectos se deben diseñar siempre a partir del reto en vez de a partir del criterio? No exactamente. Rescatemos el párrafo del artículo anterior:
Por cierto, ¿cómo crees que nació este viejo proyecto (mp3)? ¡Gracias @pvil por traerlo desde el pasado! ¿Crees que se realizó partiendo de un criterio o de un reto? ¿Cuántos criterios de Matemáticas 4ºESO B crees que involucra?
(Nota: Lo siento, pero por aquél entonces la BBerry no podía grabar vídeos más largos)
¿A que ahora ves a los puntos y vectores de otra forma?
Todo empezó una fría tarde de febrero mientras mis hijas y yo visitábamos a la abuelita Tilde, en Los Hoyos, Gran Canaria. Como todos los miércoles, preparamos café, nos pusimos al día de lo acontecido en la semana y... dibujamos y pintamos usando papel reciclado proveniente de mis viejos apuntes universitarios. Por azar, esa tarde, Carla se dedicaba a maquillar los últimos restos de Teoría de Sistemas, mientras que Noa iniciaba la metamorfosis de los de Álgebra Lineal. Y fue así que, de repente, unos gráficos de vectores empezaron a mirarme; incluso me dio la impresión de que la definición de base de un espacio vectorial me guiñó un ojo. Y, como no podía ser de otra manera, empecé a ver los proyectos de una forma especial: como puntos de un espacio n-dimensional, como vectores de un espacio vectorial de dimensión n. ¡Con qué claridad vino todo lo demás!
¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!
Carlos, ¿has tomado drogas?
Carlos, ¿has tomado drogas?
No se preocupen, que no panda el cúnico, ¿recuerdan cómo se representa un punto P(x,y) en un diagrama cartesiano?
Así, si nuestro área o materia tuviera solo dos criterios de evaluación: x e y, podríamos describir un proyecto como un punto en dicho plano, donde cada coordenada variaría entre 0 (ausencia) y 1 (presencia absoluta). Por ejemplo, P(0,1) representaría a un proyecto (en realidad familia de proyectos) caracterizado por la ausencia del criterio x y por la exploración total del criterio y; mientras que el Proyecto Q(1, 0.4) se caracterizaría por la presencia total del criterio x y por una exploración parcial de y.
Si observamos atentamente ese diagrama podemos empezar a ver aspectos de interés:
- Independientemente de si los proyectos P y Q se diseñan o no a partir de uno o varios criterios de Evaluación, sí que es cierto que todo Proyecto (en realidad familia de Proyectos) puede expresarse en función del grado de exploración de cada uno de los criterios (del currículo del área en ese nivel educativo). De hecho, los criterios de evaluación deberían conformar la base del espacio vectorial de Proyectos; y, por tanto, si un criterio Ci pudiera expresarse como combinación lineal del resto, éste debería desaparecer del currículo, ya que los aprendizajes descritos en ese criterio podrían ser expresados en función de los otros. ¿Están diseñados los currículos actuales de esta forma o tienen criterios redundantes?
- Si forzáramos el diseño de proyectos con exploración absoluta de criterios, ¿no estaríamos realizando una simplificación excesiva del espacio real de proyectos? No pregunto, afirmo: Estaríamos realizando una simplificación excesiva del espacio real de proyectos. No olvidemos que, de esta forma, sólo podríamos diseñar los proyectos P1(1,0), P2(1,1) y P3(0,1). ¿Y qué ocurre con todos los proyectos reales y auténticos que se encuentran en ese inexplorado y fértil cuadrado? ¿Estamos condenados a perderlos? ¿Y si, tal y como sospecho, son los más comunes en la vida real? ¡Porque eso es lo que ocurre con el “El huevo del Kiwi”, que explora totalmente el criterio 3 y parcialmente los criterios 1, 6 y 10 de Matemáticas 1ºESO! Para colmo, la llave de esta SA está en una pequeña parte del criterio 6, el menos explorado de los cuatro. De hecho, no nos engañemos, requerir la exploración total de cada criterio involucrado en una SA no es más que un error heredado del sistema tradicional en el que se forzaba la exploración completa y secuencial de cada bloque de contenido: Aritmética, Álgebra, Análisis, ... luego Geometría, Estadi... ¡Uy, que ha acabado el curso! ¿Recuerdan el primer artículo de esta serie?
- Una vez reconocida la existencia de Proyectos más allá de P1, P2 y P3, ¿seremos realmente capaces de ver o diseñar esos proyectos si partimos de un criterio? ¿No será más conveniente y natural partir del reto nuclear del Proyecto para luego, una vez diseñado el prototipo de actividades (ver artículo 2 de esta serie), describir el proyecto en función de los criterios involucrados? Así nació el Proyecto anteriormente mencionado y, además, difícilmente podría ser creado partiendo de un criterio, y menos de su exploración absoluta, y mucho menos de la idea feliz de combinar varios criterios y luego inventar un reto asociado... ¡Para eso sí que hace falta imaginación, amigo!
¡Madre mía, que me mandan a la hoguera! - Y sin embargo, se mueve...
(Galileo Galilei. Fuente: Wikipedia)
(Galileo Galilei. Fuente: Wikipedia)
¿Curioso? Pues generalicemos:
Veamos los criterios de Matemáticas 1ºESO, por ejemplo, y pensemos bien lo que acabamos de decir:
C1
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Utilizar
de forma adecuada los números naturales, los números enteros,
las fracciones y los decimales para recibir, transformar y
producir información en actividades relacionadas con la vida
cotidiana.
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C2
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Resolver
problemas para los que se precise la utilización de expresiones
numéricas sencillas, basadas en las cuatro operaciones
elementales, con números enteros, decimales y fraccionarios,
utilizando la forma de cálculo apropiada y valorando la
adecuación del resultado al contexto.
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C3
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Utilizar
los procedimientos básicos de la proporcionalidad numérica para
obtener cantidades proporcionales a otras, en un contexto de
resolución de problemas relacionados con la vida cotidiana.
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C4
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Identificar
y describir regularidades, pautas y relaciones en conjuntos de
números, utilizar letras para simbolizar distintas cantidades y
obtener expresiones algebraicas como síntesis en secuencias
numéricas, así como el valor numérico de fórmulas sencillas.
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C5
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Reconocer
y describir figuras planas, utilizar sus propiedades para
clasificarlas y aplicar el conocimiento geométrico adquirido para
interpretar y describir el mundo físico haciendo uso de la
terminología adecuada.
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C6
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Utilizar
estrategias de estimación y cálculo para obtener longitudes y
áreas de las figuras elementales, en un contexto de resolución
de problemas geométricos.
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C7
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Obtener
información práctica de tablas y gráficas sencillas (de trazo
continuo) e identificar relaciones de dependencia en situaciones
relacionadas con la vida.
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C8
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Hacer
predicciones sobre la posibilidad de que un suceso ocurra a partir
de información previamente obtenida de forma empírica.
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C9
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Obtener
datos de gráficos estadísticos sencillos, analizar e interpretar
la información obtenida de acuerdo con el contexto.
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C10
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Utilizar
estrategias y técnicas simples de resolución de problemas, tales
como el análisis del enunciado, el ensayo y error, la búsqueda
de ejemplos y casos particulares o la resolución de un problema
más sencillo, comprobar la solución obtenida y expresar,
utilizando el lenguaje matemático adecuado a su nivel, el
procedimiento que se ha seguido en la resolución.
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Ahora imagina al Proyecto P (en general la familia de proyectos P) definido en términos de criterios de evaluación: P(c1, c2, …, c10):
¿P como un punto en un espacio 10-dimensional?
¡Este hombre está loco!
¡Pero si ha admitido que un vector le miró y que una definición le guiñó un ojo!
Tal y como hemos establecido, ci es un valor real comprendido entre 0 (ausencia) y 1 (presencia absoluta). ¿Te lo imaginas? ¡No intentes visualizarlo porque sólo serás capaz de hacerlo para el caso de 3 criterios (dimensiones)! Pero centremos el foco en lo que acabamos de decir: ¿No nos estaremos quedando cortos al diseñar los proyectos basándonos en un criterio o criterios concretos? Resulta obvio que, así, además de desembocar en una implementación débil de esta metodología, solo seremos capaces de ver 10 de los múltiples proyectos que podríamos realizar: P(1,0,0,0,0,0,0,0,0,0), P(0,1,0,0,0,0,0,0,0,0), ... , P(0,0,0,0,0,0,0,0,0,1). Con suerte, una vez fijado el criterio estrella, veremos cómo necesitamos, en realidad, incluir algún criterio o criterios más: P(1,0,1,0,0,0,0,0,0,0), P(0,1,1,1,0,0,0,0,0,0), … ¿Pero quién nos garantiza que seremos capaces de llegar así a todos los posibles proyectos que nos esperan ahí afuera? Es más, ¿es esta una forma natural de llegar a los mismos?
¿No será más auténtico y eficaz fijar el reto, la esencia del proyecto, para luego pasar a expresarlo en términos de criterios de evaluación una vez realizado el prototipo de actividades? De hecho, si observas atentamente la figura anterior, verás con claridad que si diseñamos los proyectos (en general SA) a partir de un criterio solo podremos "acceder" a cierto tipo de proyectos.
¡Los criterios son críticos, pero no porque los proyectos se deban diseñar partiendo de ellos, sino porque se pueden describir a partir de los mismos!
¿Estamos diciendo que los proyectos se deben diseñar siempre a partir del reto en vez de a partir del criterio? No exactamente. Rescatemos el párrafo del artículo anterior:
“Básicamente, los proyectos pueden ser diseñados partiendo de un criterio de evaluación o, fundamentalmente y siendo fieles a la raíz de dicha metodología, partiendo de un reto=problema+producto final (y que lógicamente llevará asociados varios criterios de evaluación). No obstante, el primero de los casos resulta de mucha utilidad en una primera fase de acercamiento al ABP, ya que elimina el gran problema de esta metodología: nuestra posible falta de creatividad inical. También es interesante cuando, al observar el cuadrante de contenidos, CCBB y criterios de evaluación, se detecte que haya un criterio determinado con escasa presencia en un periodo concreto de la Programación, y se desee hacer algo al respecto”.
Por cierto, ¿cómo crees que nació este viejo proyecto (mp3)? ¡Gracias @pvil por traerlo desde el pasado! ¿Crees que se realizó partiendo de un criterio o de un reto? ¿Cuántos criterios de Matemáticas 4ºESO B crees que involucra?
(Nota: Lo siento, pero por aquél entonces la BBerry no podía grabar vídeos más largos)
¿A que ahora ves a los puntos y vectores de otra forma?
¿No crees que esta idea puede ayudar a crear mejores currículos con el conjunto mínimo de criterios de evaluación que permitan expresar cualquier proyecto realizable con los aprendizajes propios de cierta área y nivel?
¿No resulta evidente que el status otorgado actualmente a los criterios de evaluación no es el adecuado?
Los criterios sirven para describir los proyectos, pero la forma natural de crearlos es partiendo del reto... Ya está, ya lo he dicho:
Hace años que defiendo esta perspectiva del diseño y la planificación de los proyectos, aunque nunca la he explicado tan rigurosamente. El planteamiento formal de la entrada me parece muy interesante y muy bien conectado al curriculum :-) Fantástica entrada, Carlos.
ResponderEliminarMe gusta tu entrada. Toca ese lado oscuro.
ResponderEliminarYo siempre he partido del reto, del problema a resolver, del elemento a construir. A partir de ahí diseñamos el proyecto para estructurar las actividades o tareas que nos llevarán a alcanzar el objetivo. A partir de ellas podemos ver ya los criterios de evaluación, su consonancia con el curriculum o los retoques a dar para desarrollar mejor el proyecto teniendo en cuenta el curriculum. Yo lo veo así y siempre lo intento ver así aunque en mi mente haya mucho curriculum, que suelo intentar apartar de mi mente al comienzo del proyecto.
Estupenda tu explicación y espero que sirva para aclarar mejor las posiciones de los colegas en relación al ABP.
Gracias por ello.
Tengo la sensación de que diseñar a partir de criterios de evaluación es situar en el centro los criterios de evaluación. Es decir, hacer el proyecto "para" evaluar. A mí me gusta hacer el proyecto para crecer. Y dejar que aparezcan criterios de evaluación inesperados.
ResponderEliminarConcreto: el reto al alumnado de CMC 1ºBachillerato ha sido crear una exposición de 10 obras de arte originales suyas (fotos, vídeos, esculturas hechas en patata, qué más da...) inspiradas en los contenidos de la materia, que tengan como eje común: "como quiero que sea la ciudad del siglo XXI en la que desearía vivir". Y les he pedido que encajen los criterios en ese trabajo. Es decir, les he dado la lista de criterios que trae el Decreto y les he pedido que alguno de los productos cumpla con uno, otro con otro.
Es decir, encajo los criterios en el proyecto. No el proyecto en los criterios.
Y están aprendiendo. Cosas inesperadas de modos inesperados.
Si se hacen secuencias, se recorren secuencias y no hay sorpresas. Ni libertad. Eso me aburre... No sé si soy ortodoxo o heterodoxo. Y, la verdad, me importa muy poco... Me lo paso bien. Me vale así.
Me ha encantado el post, pero me has dejado a medias :-)
ResponderEliminarAl final, ¿partimos del reto o no?
Saludos,
Daniel
Hola Dani, sí, del reto como norma general; pero teniendo en cuenta que también puedes partir del criterio si, por ejemplo, ves que la programación necesita atacar por ahí. Echa un vistazo al cuadrante del post 1 de la serie y verás que hace falta atacar C5, C7 y C8 (además de volver a aplicar los anteriores) en el 2º trimestre. En realidad, ya tengo los retos :-) pero podría haber empezado por el criterio...
ResponderEliminarPues eso, viva el reto, lo demás viene por sí solo y como dice José Luis, además, nos divertimos. Como yo esta semana dibujando edificios motrileños introduciendo la perspectiva cónica.
EliminarUna pasada.
Saludos
Estupenda entrada Carlos, me ha encantado sobre todo el enfoque de los criterios como la base del espacio vectorial ¡del currículo!
ResponderEliminarCreo que el criterio de evaluación no debe ser visto como un corsé a los proyectos, sino solo a lo que vamos a evaluar durante la realización de ese proyecto.
La administración educativa debe garantizar la equidad en el proceso de evaluación entre los diferentes profesores como un derecho de los alumnos y una garantía frente a algunos "desmanes" (que también los hay).
Partir del reto, o a veces de los criterios, disfrutar, fomentar la creatividad,... pero evaluar con la norma, y para eso hay que trabajar los criterios de evaluación (todos), aunque estoy de acuerdo contigo que sin necesidad de su exploración absoluta en un solo proyecto.
De nuevo, enhorabuena por tu artículo: genial.
Genial :-) Me alegro... ¡y suena bien, Daniel!
ResponderEliminarPues dime tú ahora cómo encajas todo esto desde la nueva perspectiva del nuevo currículo de la ESO que acaba de ver a luz. Ya no es que se parta de criterios de evaluación, ya se parte de "contenidos" => "criterios de evaluación" => "estándares de aprendizaje".
ResponderEliminarTu espacio vectorial empieza a tener dimensión tendente a infinito, te volverás a las relaciones de ejercicios en Word, y lo sabes jejeje!
Te equivocas! Cómo se nota que no me conoces!! ... Ummm, yo solo uso Software Libre :-)
ResponderEliminarEvidentemente, mi comentario era pura ironía ;)
ResponderEliminarYa :-) y el mío :-) jiji
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